Sopa de coliflor malagueña

Receta ↓ Ángela Solar

Un manjar de la cocina malagueña, la sopa de coliflor es un plato que te cautivará con su textura aterciopelada y su sabor casero. Es la elección perfecta para esos días en los que buscas calidez en tu paladar.

Si la coliflor es uno de tus ingredientes favoritos, te encantará explorar la receta paso a paso de la pizza de coliflor, una vuelta de tuerca saludable a un clásico italiano. Para una experiencia crujiente, no puedes perderte la coliflor gratinada en freidora de aire, sencillez y sabor en cada bocado. Y para rematar un menú tradicional, la combinación de bacalao con coliflor y patatas es una receta fácil que siempre triunfa.

Ingredientes estrella

Para que tu sopa de coliflor malagueña sea un éxito rotundo, aquí tienes los protagonistas que no pueden faltar:

• Coliflor – La base de nuestra sopa, escoge una coliflor fresca y firme. ¿Sabías que la coliflor es una fuente fantástica de vitaminas y fibra? ¡Y lo mejor es que está deliciosa!
• Patatas – Aportan esa textura cremosa que tanto nos gusta. Puedes pelarlas o, si prefieres un toque más rústico, ¡lávalas bien y cocínalas con piel!
• Jamón serrano – El toque ahumado que eleva la sopa a otro nivel. Si eres vegetariano, ¡no te preocupes! Puedes omitirlo o buscar alternativas vegetales que imiten su sabor.
• Huevo duro – Añade consistencia y enriquece cada cucharada. ¿Quieres un truco? Cocerlos hasta que la yema esté ligeramente líquida puede darle un giro sorprendente a tu comida.

¡Prepárate para disfrutar de una sopa que te hará sentir como si estuvieras en las mismísimas calles de Málaga!

¡Vamos a preparar juntos esta deliciosa sopa de coliflor malagueña! Comenzaremos cociendo las verduras y el caldo. Puedes utilizar una olla tradicional o una olla a presión para acelerar el proceso. Yo prefiero la olla a presión, ¡ahorro tiempo y conservamos mejor los nutrientes!

Una vez que las verduras estén tiernas, ¡es hora de añadir los ingredientes protagonistas! Incorpora la coliflor, las patatas, y el jamón serrano en trocitos. Si deseas una opción más ligera, puedes elegir jamón serrano sin grasa o incluso omitirlo por completo. ¡No te olvides de añadir el huevo duro picado!

Deja que todos los ingredientes se cocinen a fuego lento durante unos minutos más, para que se integren perfectamente los sabores. ¡Y listo! Ya está preparada para disfrutar la malagueña.

¡Ya está! Tu deliciosa creación está lista para triunfar en tu mesa. Te contaré un secreto: a mí me encanta servirla en platos hondos, ¡así se aprecia mejor su rica textura!

Antes de llevarla a la mesa, no te olvides de decorarla con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y un poco de perejil fresco picado. Esta combinación le dará un toque de color y un sabor irresistible.

Y para acompañarla, ¿qué te parece un buen pan casero o un pan de ajo recién tostado? También puedes probar a añadir un puñado de picatostes para darle un toque crujiente. ¡Buen provecho!